Editorial

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La leucemia aguda es una enfermedad de la médula ósea que consiste en una multiplicación rápida y descontrolada de leucocitos malignos, muy inmaduros, llamados blastos, que no sirven para realizar ninguna función y que invaden el espacio natural del resto de las células normales de la médula ósea. Su proliferación llega a ser tan excesiva que estos blastos ocupan de 20 a casi 100% del total de células de la médula ósea y pueden llegar a ser las células más numerosas de la sangre. Al invadir este espacio en la médula ósea natural de las células productoras de la sangre, se establece una situación muy grave para el enfermo, en la que empezará a haber escasez de glóbulos rojos (anemia), leucocitos normales (leucopenia) y plaquetas (trombopenia). A este cuadro tan grave se le denomina insuficiencia medular y puede aparecer también en otros tipos de enfermedades de la sangre. Existen dos tipos básicos de leucemias, las agudas y las crónicas. Las leucemias crónicas son enfermedades más lentas y progresivas, en las cuales la agresividad de las células malignas es, por lo general, mucho menor que la de los blastos de las leucemias agudas. Las leucemias agudas se dividen en dos clases: las linfoblásticas y las mieloblásticas. La diferenciación se produce mediante el estudio a través de un microscopio y por otros medios de diagnóstico de determinados rasgos de las células leucémicas que las hacen clasificables en uno u otro tipo. En las leucemias linfoblásticas, los blastos son muy parecidos a las células madre de la médula ósea que forman los linfocitos, y en las mieloblásticas los blastos son más bien parecidos a aquellas células progenitoras de las que nacen los granulocitos.

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2010-11-09   |   550 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.5. Junio 2008 Pags. 1 Rev Mex Odon Clín 2008; 2(5)