Dr. Ricardo Portilla Sánchez (1913-1990), eminente urólogo cubano contemporáneo

Autor: Delgado García Gregorio

Fragmento

La práctica urológica tiene sus orígenes en Cuba en la primera mitad del siglo XIX, cuando el legendario cirujano doctor Tomás Montes de Oca, resultó ser el primero en llevar a cabo la operación de hernia inguinal en 1822; por esos mismos años realizaba en La Habana ensayos satisfactorios en la litotricia, para lo que utilizaba, de su invención, una algalia o sonda uretral hueca; trataba las estrecheces de la uretra con el tallo de una planta llamada Parasolillo y también según el bibliógrafo Carlos M. Trelles Govín (1866-1951), efectuaba la talla hipogástrica de manera usual. Entre 1840 y 1850, otros grandes cirujanos cubanos, los doctores Nicolás J. Gutiérrez Hernández (1800-1890), fundador de la prensa médica en Cuba (1840) y de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (1861), José Atanasio Valdés Arango (1812-1882) y Esteban González del Valle Cañizo (1813-1876), practicaban con éxito la talla hipogástrica y la uretrotomía interna. La llegada a La Habana, a finales de 1863, del doctor Casimiro J. Sáez García (1831-1897), graduado en la Universidad de París y verdadero precursor de la urología en Cuba, le da a la futura especialidad su innegable primer impulso. En 1880, al crearse en la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana, por iniciativa del doctor Carlos J. Finlay Barrés (1833-1915), una comisión para el estudio de la fiebre amarilla, se incluyen en su sección de clínica experimental dos médicos que practican la urología en el Hospital de “San Felipe y Santiago”, los doctores Francisco Cabrera Saavedra (1850-1925), después eminente clínico y Raimundo García Menocal y García Menocal (1856-1917).

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2007-11-09   |   2,527 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 21 Núm.2. Abril-Junio 2007 Pags. Educ Med Super 2007; 21(2)