El sentido de la vida

Autor: Carballo Junco José Antonio

Fragmento

Muchos de los estudios sociológicos contemporáneos afirman y confirman que, en los momentos difíciles de la vida, el hombre debe volver a lo fundamental, a lo básico. Hallar un pedazo de tierra firme en donde encontrar sentido, permanencia y solidez. Al nacer se nos da el mejor de los dones: la vida, y como nuestro primer obsequio se nos ofrece un fantástico mundo en el cual vivir. Estos dones, con mucha frecuencia despreciados y de los cuales abusamos, serán siempre nuestra más auténtica y valiosa posesión. Pero aun así, como Thoreau hace notar en Walden, la mayoría de nosotros tiene tan poco respeto por la vida, que alcanzaremos el momento de la muerte sin haber vivido. Erich Fromm también expresa este temor cuando declara que la mayor tragedia de la vida es el hecho de que la mayoría de los seres humanos mueren antes de haber nacido por completo. Además, la vida es como un camino que debe ser recorrido constante e implacablemente, moldeando, acrecentando, modificando nuestro curso incierto, realizando actos que nunca volveremos a hacer sobre un sendero que como decía Machado: “que nunca se ha de volver a pisar”. De manera voluntaria o no, cada persona se encuentra obligada a aceptar el desafío de su viaje personal, equipada, por así decirlo, con lo que es, dirigiéndose hacia el mismo final. Ya desde el siglo VI a.C., Kung-fu-tze (Confucio) lamentó: “¿Por qué se crea el mundo preocupaciones? Todos los caminos llevan al mismo lugar. Todos los pensamientos llegan a las mismas conclusiones. ¿Por qué se crea el mundo preocupaciones? Y por sobre todo, ¿por qué se crea el ser humano preocupaciones si no sabe qué es?”

Palabras clave: Sentido de la vida Thoreau Erich Fromm Kung-fu-tze (Confucio).

2006-12-15   |   3,558 visitas   |   10 valoraciones

Vol. 3 Núm.28. Noviembre 2006 Pags. 16-17 Odont Moder 2006; 3(28)