Fragmento

La microflora de la boca está asociada con dos de las enfermedades de mayor prevalencia en los seres humanos: la caries dental y las alteraciones periodontales. Las propiedades de este microambiente cambian, lo que ha llevado a creer que la mujer embarazada está más propensa a la formación de caries, siendo esto último una auténtica falacia. La boca no ofrece un hábitat uniforme para la colonización y el crecimiento de microorganismos. Diferentes superficies proveen variados nichos debido a sus respectivas características físicas y biológicas. Resulta evidente que la placa bacteriana depositada en el esmalte dentario, las encías, los labios, el dorso de la lengua, los carrillos y el paladar presentan diversas limitaciones ecológicas para la adhesión de las bacterias a los mismos. Además, las propiedades de muchos de los microambientes bucales cambian durante la vida del individuo; la boca se mantiene húmeda gracias a la saliva y al líquido crevicular, los cuales son un suministro endógeno de nutrientes nitrogenados para los microorganismos. La saliva también funciona como una solución que reduce los efectos cariógenos de los ácidos bacterianos, los gradientes de pH, concentración de oxígeno y potencial eléctrico de óxido-reducción, que se manifiestan en la placa dentobacteriana (PDB) e influyen en la distribución y la actividad de la flora bucal. La boca constituye paralelamente un ambiente hostil para el crecimiento microbiano, ya que tanto la saliva como el líquido crevicular contienen agentes antimicrobianos del tipo de lisozima, la lactoferrina, la lactoperoxidasa, componentes secretores y celulares del sistema inmune; además de que las fuerzas mecánicas provenientes de la masticación y el flujo salival, limitan la colonización microbiana a aquellas superficies encontradas en regiones protegidas de la cavidad bucal.

Palabras clave: Caries mujer embarazada falacia microorganismos microambientes.

2006-12-15   |   4,755 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.28. Noviembre 2006 Pags. 3 Odont Moder 2006; 3(28)